Nunca pensé que vivir en casa seria alguna vez desagradable, miento, si lo pensé y varias veces, pero podia continuar porque no frecuentaba la casa mas que para dormir.
Me puse a llorar unas cuantas veces y la ultima vez por mucho tiempo, tanto que me dormí. La conclusion al dia siguiente era que la vida era jodida y mas cuando te piensas fuera del utero, sin trabajo, sin dinero, solo con la ropa que tienes y unos cuantos libros que te alimentarian por una semana si es que la señora del baratillo te los quiere comprar a buen precio.
Me deprimo y pido un abrazo de Moises, pero a veces eso no basta, el mundo es más que abrazos y amor, el mundo es una boca grande, profunda y negra, negrisima.